VIERNES 26 ABRIL, 2024

Lunes 16 de septiembre de 2019

El grito del BBVA

Diego Alonso aseguró que seguirá probando variantes para encontrar un equipo. Los experimentos ante Juárez y Necaxa no le rindieron frutos y, mientras piensa cómo hacerle, se está autodestruyendo él y arrastra a Rayados al abismo.

Alonso lo que debería hacer es entender que ya agotó todo el tiempo para probar y todo el saldo a favor que tenía con el BBVA después de romper la silueta de un plantel plagado de nombres propios.

Porque lo que hizo Alonso fue modificar hábitos funcionales de jugadores que ven cómo su entrenador se hace bolas y transmite dudas e inseguridades. Si un DT no sabe lo que quiere, es poco probable que los que operan en la cancha le crean el mensaje.

Y Rayados llegó a ese punto. Hay una pérdida general de confianza. Los futbolistas, entre tantas rotaciones, cambios de posiciones, de estrategias y sin estar convencidos de quien lo dirige, ya juegan porque le pagan y lo hacen donde sea con tal de sumar minutos y justificar su participación en los partidos.

Caso icónico el de Meza, quien no se siente útil y no es boludo: es consciente que alinea por lo que pagaron por él y no por lo que él le pueda estar dando al equipo.

Janssen es otro estorbo. Desde su contratación se sabía que no tenía cabida en un Rayados asimétrico sin cuerpo y forma. Ante Necaxa fue metido con calzador al lado de Funes Mori para cumplir los caprichos de quienes lo trajeron, y fue incinerado.

Una burla a la dignidad deportiva de un jugador europeo al que usan mediáticamente para tratar de mitigar presiones, pero abiertamente evidente sin un objetivo futbolístico claro.

A Alonso le dieron jugadores y no sabe qué hacer con ellos. Entró en la dinámica de elegir monitos como si Rayados fuese una juguetería.

Saca y mete sin una justificación de valor. Cambia planteamientos, erra los cambios, duplica funciones y devalúa a las individualidades que, bajo otro escenario, seguramente se les sacaría un mayor provecho.

Después, las ridiculeces. Alonso inventó una dupla Funes Mori-Janssen para ganar "profundidad", cuando son dos delanteros de área y necesitan ellos, en todo caso, de compañeros "profundos" que lo asistan.

Rayados jugó con Funes Mori-Jansen, pero desde atrás le tiraban pelotazos largos como si los receptores hubieran sido Hurtado y Pabón. Un ejemplo del desenfoque conceptual en ese manoseo táctico sumado a la incompatibilidad de futbolistas para ese plan.

Muy pocas veces Alonso acertó algo. Y muy pocas veces se ha manifestado el BBVA en contra de un entrenador, pero esta vez la afición gritó. Un reclamo que se viralizó por el hartazgo de un proyecto que no funciona.

Histórico