VIERNES 26 ABRIL, 2024

Diego es inmortal

Miércoles 25 de noviembre de 2020

Murió Diego Maradona, aquel jugador extraordinario, impar, único y de exagerada genialidad que amó al futbol como pocos.

Murió el Maradona que no tuvo límites, ese que tuvo enroscado en mil personajes. Murió ese súper héroe que ya se había quedado sin capa, pero que de igual manera se resignaba a eclipsar su figura escondido detrás de un cuerpo maltrecho.

Maradona fue el ícono futbolístico de una generación, pero con una proyección atemporal. Fue el hombre de los milagros dentro y fuera de una cancha. Al que mataron muchas veces y al que, a la vez, lo habían hecho inmortal a nivel global.

Maradona resucitó cuántas veces pudo. Siempre se sintió emblema de los argentinos. Jugó por la camiseta, por el pueblo y por el deber de servir. Nunca usó a la Selección Nacional para tener reflectores, sino para simbolizar la pasión de todo un país.

A Maradona lo idolatraron por su magia y lo condenaron por sus excesos. Ser el mejor jugador del mundo le hizo un daño enorme al Maradona hombre. Detrás del balón habitaba una persona desbordada, tan cerca de Dios como del infierno. Tan admirado como cuestionado por sus formas. Tan respetado como humillado por sus vicios.

Maradona fue una referencia futbolística, pero también de muchos fracasos personales. Su vida fue una ráfaga de hechos extravagantes y exacerbados. Hechizó al mundo desde muy chico, cuando el futbol aún se medía en gambetas.

Maradona fue influencer antes de las redes sociales. Fue mediático antes de la Internet. Fue un fascinante jugador desde las miserias, desde donde construyó un imán intergeneracional, defendiendo la esencia primitiva del futbol, retratado en su famosa frase: “La pelota no se mancha”.

Maradona fue un auténtico capitán de las alegrías y un campeón eterno para quienes lo vimos jugar. Fue incomparable. A su mesa, sólo unos pocos se le arriman.

Maradona fue una serie de películas. Simbolizó al jugador de futbol en toda su extensión. Fue un barrilete cósmico. En México 86’, tomó la “Mano de Dios” y ahora Dios le extendió la otra.

Twitter: @Mario_Sanchez1

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