VIERNES 26 ABRIL, 2024

Rayados, todopoderoso

Lunes 01 de noviembre de 2021

Que Rayados haya ganado su quinto título en la Concacaf no puede considerarse algo circunstancial. Hay equipos que suelen marcar su hegemonía en torneos donde se sienten plenos, con autoridad y solvencia por convicción e historia. Y Rayados es uno de ellos en el plano internacional.

Rayados ha demostrado que sabe separar los objetivos. No es fácil hacerlo en un futbol tan estresante donde los resultados, sobre todo negativos, provocan consecuencias lapidarias.

Pasar de aguas turbulentas a aguas mucho más mansas para nadar a gusto en un momento crítico, sólo es cuestión de fe y convencimiento. Y Rayados tuvo las dos cosas. Venía muy mal en la Liga y, de repente, sacó un título de la galera. Un tributo a la superación inmediata.

Entonces, ¿cuál es la razón de semejante metamorfosis? Seguramente está en su impronta, en su carácter y en esa aura que lo hace sentirse sobrio, maduro e imbatible en la órbita internacional. Se siente tocado, con un peculiar don competitivo. Mística que le dicen.

Pero para acceder a lo místico hay que tener un excepcional pasado. Y Rayados también lo tiene porque ha ido acumulando méritos en el camino a base de trofeos.

Hoy hablar de Rayados en la Concacaf no sólo es referirse a un equipo hegemónico o de época, sino a un todopoderoso que supo construir su propia corona.

Y lo hizo desde que le metió seriedad a la competencia. Rayados siempre le dio bola a la Concacaf por su necesidad de trascender más allá de las fronteras. Su visión global en su matriz directiva se tradujo en un estimulante propósito deportivo.

Su vara siempre estuvo alta desde la época de Vucetich. Nunca ninguneó el torneo. Claro que le importa la Liga, pero el aparador internacional le encanta y le apasiona.

Ahí está la clave. Cuando un equipo juega por placer en un torneo que le paga con fama y exponencialidad, muy probablemente se acerque mucho más rápido al éxito.

En cada título conseguido en la Concacaf, Rayados tuvo altura futbolística. Nadie le podrá discutir su absolutismo y mucho menos su camino al trono.

No es que juegue mejor en la Conca que en la Liga. Los dos torneos están embonados, sólo que en la Conca, por contexto y objetivo, Rayados lo disfruta y se distancia del sufrimiento que hoy le está resultando la Liga.

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