¿Cuál es el verdadero Tigres?

Lunes 11 de abril de 2022

Si miro la tabla de posiciones, detrás de Tigres hay cuatro equipos de los cuales enfrentó a tres: Pachuca, Puebla y Cruz Azul (con Atlas juega en la última). No le ganó a ninguno.

A la vez, este equipo va primero: tiene la mejor ofensiva del torneo, al líder de la tabla de goleadores, solo perdió un par de partidos y ganó el Clásico Regio.

Pongo todo esto en la balanza porque se acerca el momento clave del torneo, que es la Liguilla. Y Miguel Herrera tiene una cuenta pendiente con Tigres: ser campeón. Y también un largo historial, que todos lo conocen.

No es la primera vez que maneja equipazos, que vuelan durante todo el torneo y a la mera hora se caen, se desinflan, no logran el objetivo. No son campeones.

Viendo y analizando un poco a este Tigres, tiene dos caras. Una, la de sus jugadores, repleto de figuras, líderes, y de jerarquía, capaces de hacerte ganar un partido aún sin merecerlo (pasó con Querétaro, con Atlético de San Luis).

La otra es la de los planteos del entrenador en momentos cumbres. Falló con León en aquella Semifinal (dejó afuera a Thauvin y Leo Fernández), no se animó a hacer los cambios contra Pachuca (Soteldo entró un ratito, Nico López ni ingresó).

Entonces, en todo ese mejunje, este Tigres es una bomba de tiempo. Puede sacarse de encima un Clásico y después le cuesta hacerle un gol al peor Querétaro en mucho tiempo.

Hace varios partidos que vienen rescatándolo las individualidades: genialidad de Gignac contra Rayados, Vigón con Xolos, Quiñones lo empató por error rival en Pachuca y la magia de Soteldo en La Corregidora.

¿Alcanza para ser campeón? No sería la primera vez que un par de jugadores se pongan el equipo al hombro (Gignac y Guzmán en el Clausura 2019).

Y antes de que empiecen, este Tigres es el mejor plantel de la Liga, el más goleador, puede coronarse tranquilamente. Pero en los momentos importantes le cuesta.

Twitter: @GiraudiMatias