MIÉRCOLES 24 ABRIL, 2024

Tigres está viciado

Martes 21 de marzo de 2023

Tigres ha perdido tres de los últimos cuatro juegos en la Liga, los tres fueron en condición de local y ante tres rivales que pelean en la parte alta de las posiciones: Chivas, América y Rayados.

En otra época, Tigres no desperdiciaba tantos puntos frente a adversarios directos. En otro contexto, el Universitario era garantía de éxito y el equipo imponía, por juego y por el peso de la tribuna.

Hoy a Tigres sólo le queda el fervor de la gente, tan fiel como resultadista. Y como el cuadro del Chima Ruiz no responde, la decepción aumenta y los abucheos y silbidos crecen.

Los jugadores de Tigres no deberían enojarse con la reacción negativa de sus aficionados. Deberían, en todo caso, entender que tienen merecido ese veredicto popular cargado de molestia. Un plantel altamente cotizado que juega sin idea, es obvio que el hincha tenga un límite con sus figuritas.

Los futbolistas de Tigres, siempre acostumbrados al apapache, se creen inmunes. Miguel Herrera dijo alguna vez que Tigres era un equipo viejo y tiene razón.

Esa "vejez" lo convierte en un cuadro ciclado, que desde hace 8 o 10 años sigue tirando centros a la olla como recurso ofensivo, entre otros vicios.

Además, un equipo viejo con cuatro o cinco caudillos no parece estar abierto a nuevos modelos de juego. Podrán traer muchos futbolistas, pero siempre terminan jugando ellos.

Es difícil para cualquier técnico tocar a estos jugadores. Cuando a Herrera se le ocurrió a quitar a Carioca, casi se lo comen.

Ahora, Chima Ruiz trae un quilombo con Carioca y Pizarro, porque no da un paso firme a descontinuar esa línea de volantes. A Carioca si no lo pone de entrada, lo suele quitar seguido en el segundo tiempo.

Guzmán cree que puede hacer lo que quiere con Tigres. Ataja algunas pelotas, le hacen goles boludos, provoca a los rivales, hace tiempo, grita, agita a la tribuna y hasta pide salir a la rueda de prensa cuando él lo decide para aclarar temas particulares, sobre todo cuando algunos medios lo critican.

Gignac tiene la fortuna de seguir haciendo algunos goles y la suerte de que los árbitros lo respetan mucho ante la oleada de reclamos que receta por partidos.

Aquino hace rato que dejó de ser quién era, pero sigue en el equipo. Es decir, con este cóctel de jugadores maduros y viciados, Tigres no va a cambiar nada y se seguirán tragando entrenadores.

El problema de Chima Ruiz es que tiene muchos eslabones sueltos, pero no logra encadenarlos. Es porque no se da cuenta, no se anima o, definitivamente, no lo dejan.

En un equipo donde sobran caciques, la renovación no tiene cabida. En Tigres manda una singular mesa chica de futbolistas y el único respaldo que tiene el técnico es asegurarse de que ellos jueguen.

Histórico