
QUE NO SEA BALANZA
Lunes 12 de mayo de 2025
Tigres aseguró su regreso a las Semifinales de Liga MX después de más de un año de no lograrlo y lo hizo jugando un futbol que agradó a la tribuna, pero que, a su vez, fue caótico cuando Necaxa lo fue empujando contra su arco.
No siempre un partido de múltiples goles se juega bien, porque en la espectacularidad también pueden existir errores defensivos. No fue el caso del duelo entre auriazules e hidrocálidos, sino todo lo contrario. Un choque de pizarras ad hoc a sus jugadores más la inventiva sus individualidades.
Entiendo que a propios y extraños les dan argumentos para demeritar las polémicas formas en las que avanzó el equipo de Pizarro (con justa razón), pero siempre hay que ver más allá. En el terreno del análisis, Tigres dio el paso al frente con el 4-3-3 asimétrico que cambió su DT, con Herrera y Lainez haciendo daño a perfil cambiado, sumado a la libertad de Brunetta.
Si bien hubo cosas buenas, la lectura del propio Guido no parece correcta diciendo que su equipo fue superior. Larcamón juntó a Paradela con Cambindo, a Diego de Buen junto a José Rodríguez, y cerró las fisuras que había mostrado Necaxa; luego, la combinación de Paradela-Palavecino hizo jugar a su equipo como en todo el torneo. Esa dupla es de bajo costo y sin tantas miradas, pero es una monstruosidad que tengan 34 participaciones de gol para su club entre tantos y asistencias.
Ni campanas al vuelo ni buscar sangre donde no herida. Tigres ha hecho futbol de conjunto, también ha mostrado crecimiento en su producción de goles y en una instancia así, esto puede pesar. Tiene calidad diferencial, pero me parece que el análisis real tendrá que llegar el siguiente torneo, cuando el plantel esté diseñado a lo que quiere Pizarro.
X: @quirino_galvan
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