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Santos celebra 32 años de ser equipo de Primera División. No subió de menera deportiva, pero igual sufrió. De Necochea a Orlegi, una historia de batalla.

Por Javier Morales | FOTO:

Lunes 29 de junio de 2020

No fue un ascenso deportivo, pero su ingreso a la máxima categoría también tuvo sufrimiento.

Ya son 32 años de que el Santos Laguna logró acceder a la Primera División, aunque lo hizo de una manera que en tiempos actuales está de moda y no es bien vista.

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Los Guerreros tuvieron un par de intentos muy serios por llegar a Primera. En la temporada 1986-87 de la Segunda División A ocurrió el primero, cuando terminaron líderes; así como a la siguiente competencia, 1987-88, cuando fueron sublíderes. Como suele suceder en el futbol mexicano, no siempre el mejor equipo es el monarca.

Esos méritos deportivos fueron insuficientes para que los Guerreros se instalaran en el máximo circuito; en las Fases Finales de ambas competencias fueron eliminados.

Aficionados laguneros, de mecha corta en cuanto a paciencia, acusaron a su directiva de entonces de un boicot para evitar el ascenso de los albiverdes.

Los argumentos eran que en el Circuito de Plata se manejaban nóminas muchos menos costosas que en Primera División, y que eso le convenía a los dirigentes, tomando en cuenta que el Santos Laguna ya jugaba sus partidos de local con llenos en el desaparecido Estadio Corona.

"Hubo quienes pensaban que queríamos hacer dinero del futbol y por ello no queríamos subir", mencionó en entrevista hace dos años, Salvador Necochea, entonces propietario del equipo.

Las frustraciones deportivas, y tal vez la presión de los aficionados, movieron a Necochea a buscar la adquisición de alguna franquicia de Primera División.

RECUPERAR AL LAGUNA

Las negociaciones para la compra de un equipo de Primera iniciaron en junio de 1988.

El primer intento fue por los Coyotes de Neza, equipo que a su vez logró los derechos federativos del Club Laguna, institución que dejó la ciudad Torreón en 1978. La idea era muy romántica, Necochea se planteó recuperar a uno de los equipos de Primera División que le habían sido arrancados a billetazos a la afición lagunera en La década 70s; la otra escuadra que corrió la misma suerte fue el Club Torreón, en 1974.

Así como sucedió recién con los aficionados del Morelia, la gente de La Laguna había quedado muy dolida con la partida de sus equipos.

El ex dueño de los santistas afirma que tuvo un acuerdo verbal con José Antonio García, entonces dueño del Neza y del Atlante, para la compra del club mexiquense. El viernes 10 de junio, los ahora ex directivos tuvieron una reunieron y quedaron en firmar los documentos de la compra-venta al lunes siguiente, pero ese mismo fin de semana "el diablo metió su cola".

En la última jornada del campeonato 87-88 de la Primera División, Correcaminos de la UAT visitó al Atlético Potosino y perdió 1-0. La victoria permitió a los sanluisinos empatar en 29 puntos a los tamaulipecos y además superarlos en la diferencia de goles. Con este resultado, además de la combinación de otros, el Corre descendió.

En ese fatídico fin de semana, autoridades del gobierno de Tamaulipas y el rector de la UAT se "adelantaron" para adquirir al Neza. Hicieron una mejor oferta que el directivo de Santos y a Toño García se le agrandó todavía más la sonrisa.

Ya en la reunión acordada del lunes, Necochea se enteró de la venta a la gente de Tamaulipas; pero el mismo García "se portó generoso" y le informó al dirigente santista que el equipo Ángeles de Puebla estaba en venta.

DE ÁNGELES A SANTOS

En 1988 el gobierno del estado de Puebla decidió vender a sus equipos de futbol: Puebla y Ángeles de Puebla. Emilio Maurer adquirió al equipo de La Franja, pero el Ángeles aún no tenía quien lo quisiera.

Necochea tuvo una audiencia con el primer mandatario poblano de entonces, Mariano Piña Olaya, para poner sobre la mesa la oferta por el Ángeles.

Contrario a su nombre, Ángeles de Puebla fue un equipo desangelado, apenas permaneció cinco años en el máximo circuito; sin clasificar a alguna Liguilla y con raquíticas entradas en el Estadio Cuauhtémoc.

Para concretar la compra, según comenta el ex directivo, fue necesario la intervención del gobernador de Coahuila, Eliseo Mendoza Berrueto, un funcionario de origen lagunero, quien dio los empujones necesarios para que las autoridades poblanas soltaran al Ángeles.

Necochea encabezó un capital con porcentaje similar al de Dionisio Fernández, entonces directivo de los desaparecidos Tecos de la UAG y su principal socio en la operación. La aportación de cada empresario fue cercana al 50 por ciento. También hubo otros dos socios minoritarios: Francisco Dávila, quien luego fue presidente del equipo, así como Eri Amezcua; cada uno aportó un cinco por ciento del capital.

De acuerdo a sus políticas de entonces, la Cervecería Modelo se habría negado a ser socio tras la invitación de Necochea.

"Por ningún motivo entrarían a este tipo de sociedad, ya que la Primera División era de un altísimo riesgo para ellos", comentó el ex directivo en una entrevista hace dos años. También mencionó que incluso gente de la Cervecería le recomendó que no arriesgara su patrimonio.

Años más tarde, la Modelo fue propietaria del Santos Laguna en dos etapas; incluso en sociedad con actuales patrocinadores del Santos Laguna construyó el nuevo Estadio Corona y el complejo del Territorio Santos Modelo.

La operación de la compra-venta del Ángeles de Puebla se formalizó en la sede de la Federación Mexicana de Futbol el día miércoles 29 de junio; el "juguete nuevo" para los aficionados comarcanos se dio a conocer al día siguiente.

Así la afición lagunera volvió a tener futbol de Primera División luego de 10 años de ausencia.

CÓMO HAN CAMBIADO

Los inicios del Santos Laguna en Primera División fueron de los más difíciles en su historia, siempre al borde del descenso, con un presupuesto muy austero.

"El equipo se manejó en términos 100 por ciento empresariales. De tal manera que no nos iba a ganar la pasión (por contratar jugadores de alto costo), lo que hubiera puesto al Santos en su primera temporada al borde de la quiebra", señaló el ex dirigente.

Cabe recordar, por ejemplo, que a cada elemento se le proporcionaba un par de camisetas de juego para todo el año; estaba muy penado intercambiar jerseys con jugadores adversarios. Incluso Ángel Ramos, héroe del primer triunfo ante Chivas por 1-0 con gol suyo, hizo cambalache con un jugador del Rebaño, por esta falta al reglamento interno tuvo que abandonar la institución. Los mismos futbolistas tenían que lavar la ropa de juego y de entrenamiento en sus casas.

Por ejemplo, en viajes largos a Guadalajara o la Ciudad de México, se iban en avión los ONCE jugadores que iniciarían el partido correspondiente; el resto del equipo junto con el cuerpo técnico y utileros, se trasladaba por carretera. Ya de regreso, independientemente del resultado, todos regresaban a Torreón en camión.

Fue una administración muy austera, pero que le permitió al Santos Laguna un crecimiento aunque fuera lento.

"Estamos en un momento en que necesitamos de todos para hacer una gran estructura, para pensar que algún día Torreón pueda llegar a ser campeón de Primera División… Tenemos que pensar que poco a poco debemos de llevar al equipo a ser uno muy grande en la Primera División"… palabras de Salvador Necochea en 1988 al periódico El Siglo de Torreón, esto tras el anuncio de la adquisición de una franquicia para que el Santos Laguna fuera de Primera.

La historia continúa…

EL APUNTE

Luego de su experiencia con Santos Laguna hasta 1992, Salvador Necochea fundó la escuela Cesifut, en Lerdo Durango, población enclavada en la región lagunera. De esa institución se han "graduado" elementos como el Cepillo Peralta, La Chofis López y el Negro Medina, entre otros jugadores.

La Tapa 821

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Fotografía: FB Lupe Rubio

Boletín ONCE