Miércoles 26 de mayo de 2021

Si hay un equipo que dejó huella en La Comarca, es aquel Santos del Clausura 2008, pues no solo alejaron los fantasmas del descenso para la institución norteña, sino que terminaron consagrándose como campeones, precisamente ante el mismo rival que hoy los Guerreros tendrán en la lucha por la séptima estrella: Cruz Azul. Jugadores que terminaron siendo leyenda le relataron a ONCE parte de lo vivido en aquella batalla que concluyó en el viejo Estadio Corona, todo el crecimiento que ha tenido el club y por supuesto la idea de juego de Guillermo Almada.

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Oswaldo Sánchez, todo un ícono no solo del futbol mexicano, sino que también de la historia de Santos, recordó lo que fue la obtención del boleto a aquella Final, tras dar cuenta de Rayados en una serie dramática.

"El equipo se conectó otra vez y ahí consolidó el sueño de poder campeonar, porque nos dimos cuenta de la fortaleza que teníamos no solo como grupo, sino como seres humanos y futbolistas, todos conectados con la gente, sabiendo que la Final se jugaría en casa después", soltó el cancerbero en un mano a mano con ONCE.

La mentalidad de los Guerreros se fue por las nubes y para Oswaldo ya lucía casi imposible que alguien le pusiera freno al paso del equipo.

"Pensábamos que teníamos el campeonato y que no nos lo iba a robar nadie. La comunión que hubo con el público toda esa semana fue sensacional, en las calles, en el camino al estadio. Antes de esa final vs. Cruz Azul, se sentía un sabor y fervor de campeonato", explicó.

No por nada, para Sánchez aquellos tiempos no dejan de pasar por su mente y los añora como algo preciado que quedará para la posteridad.

"Fue muy buena etapa, padrísima, así la pudiera describir. Un equipo que se hizo grande en base al sufrimiento de pelear el descenso, con base a tantas insatisfacciones que nos daba de inicio de ese proceso que encabezó (Alejandro) Iraragorri y Daniel (Guzmán), y lo que se consolidó después fue muy padre", manifestó.

De corazón dividido, Oswaldo no tiene apuro en reconocerlo: “Por eso digo que mi segundo equipo, y lo llevo en el alma, es el Santos. Todo mundo sabe que tengo una afición chiva de nacimiento, pero lo que vivimos en Torreón es algo simplemente mágico y me siento muy identificado con el equipo lagunero y los colores de esta gran institución”.

A tal grado llegó aquel equipo, que para Walter Jiménez no le fue complicado elegir su ONCE histórico del conjunto verdiblanco: "Me quedó con el equipo del 2008, así de directo", expresó.

Por otro lado, tanto el propio Lorito como Matías Vuoso, compartieron su punto de vista con respecto al trabajo de Guillermo Almada. Para el timonel charrúa, la tercera fue la vencida para llegar a una Final.

"Me gusta su estilo. Quizá a lo mejor sí pagó derecho de piso anteriormente, pero está haciendo un trabajo espectacular. Un equipo que maneja esa intensidad con presión alta, saca una buena diferencia", dijo Jiménez.

Por su parte el Toro comentó: "Su trabajo es espectacular, sin tener las figuras que tiene Tigres, Monterrey o América. Creo que el trabajo es muy bueno, es un equipo que pelea mucho, que intenta presionar siempre y me gusta la forma".

Finalmente, Juan Pablo Rodríguez, otro estandarte de la institución norteña, consideró que tarde que temprano Santos se meterá en ese Olimpo de los denominados grandes del futbol mexicano. Para él, el desarrollo del equipo habla por sí solo.

"Va en el proceso, sin duda, el equipo ha ido ganando aficionados fuera de La Comarca con su buen futbol, porque es un cuadro protagonista, ha estado casi siempre en las Liguillas haciendo cosas importantes. Hay equipos que quizá con menor renombre, como Toluca, que tiene 10 títulos y que no han conseguido esa empatía para generar más afición fuera del Estado de México. Santos va por buen camino", sentenció el Chato.

Figuras, todos campeones con los Guerreros dentro de su carrera. Claramente, no se la piensan dos veces en poner a Santos como el campeón del Guardianes 2021. Ahora habrá que esperar qué dice Cruz Azul, escuadra que quiere acabar con sus fantasmas y sequía de título de una vez por todas. Un agarrón por donde se le quiera ver

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