VIERNES 26 ABRIL, 2024

CONTRA TODOS

Domingo 15 de noviembre de 2020

Los números, las apuestas, los análisis, el momento del rival. No había nada que Rayadas tenga a favor en la previa del partido. Una vez más, quedó claro que los Clásicos hay que jugarlos. Tito Becerra avisó en la semana que iban a demostrar por qué tienen esa estrella bordada y cumplió su palabra.

Monterrey no sólo no perdió el partido, tampoco lo hizo en ningún sector de la cancha. Desde el primer minuto impuso condiciones, se plantó y dijo: “Acá estoy, soy el campeón”. Acto seguido, sacó el cartel de candidato y lo colgó en la puerta del Universitario.

Supo cómo jugar, cuándo guardarse, dónde lastimar, en qué momento atacar y nos dio una lección a todos. “Los números no juegan”, fue la frase que dejó Becerra post triunfo, con el pecho inflado y a punto de sacar un libro de notas con cada uno de los recortes que daban como favorito al rival.

A Tigres Femenil le faltó hambre. Todos esos triunfos, ese buen momento, las rachas que había conseguido, desaparecieron cuando Lucila Venegas -de pésimo arbitraje-, sentenció el final. Insisto, fue un golpe a tiempo. No había mejor momento que este.

Volviendo a Rayadas, más allá de lo que significa el triunfo ante el rival de siempre, era la inyección anímica que este equipo necesitaba. Venía falto de confianza, con dudas, y este partido podría ser el puntapié que necesitaba el vigente campeón para encender las luces de ese letrero de candidato.

Esto se pone cada vez mejor. Lo cierto, es que Rayadas repartió por todos lados. Le dio una lección a Tigres, a los que pensábamos que iba a ser un triunfo holgado del local y a ellas mismas. Hermoso Clásico.

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