MARTES 16 ABRIL, 2024

Otro Monterrey

Viernes 29 de octubre de 2021

Hace mucho tiempo que me enamoré del futbol, tenía más o menos unos 6-7 años cuando empecé a entender de qué se trataba este hermoso deporte y a prestarle atención. Vi muchos partidos de Copa Libertadores: seguí al Boca de Bianchi, el San Pablo de Rogerio Ceni, el Inter de Porto Alegre, me tocó ver al River de Gallardo. Y, aunque parezca lejano, esa 'mística copera' que tienen varios equipos sudamericanos, la veo en Rayados.

Desde que llegué al BBVA, sentí algo diferente. No sabría explicarles qué, pero era una sensación de confianza en la gente, como si ya supieran que el trofeo no se iba a escapar de su casa. Y me alcanzaron los primeros cinco minutos del partido -mucho antes del gol- para darme cuenta lo que se venía.

Y miren que Rayados venía mal eh. Funes Mori no le hacía un gol a nadie, Javier Aguirre no pegó un cambio en cuatro partidos, los defensas no paraban ni el camión y a los rivales les bastaba con un par de llegadas para quedarse con el triunfo. Pero Monterrey jugó como se deben jugar las Finales y demostró por qué es un equipo copero.

El ambiente también lo ayudó, porque tenía todo a su favor. A propósito, será una cuestión a revisar para la Concachampions eso de una Final única en la casa del mejor clasificado. Estoy 50-50 con ese método, porque es un premio al esfuerzo, pero a la vez apenas un gol puede ser la diferencia entre ambos a la hora de definir la localía y perjudica -claramente- al visitante. Las Finales tienen que ser en territorio neutral.

Pero, volviendo a lo que nos compete, ONCE años le bastaron a Monterrey para construir un nombre con roce internacional. Irá a su quinto Mundial de Clubes, y, desde ya les digo, tiene la obligación de llegar a la Final. Tigres puso la vara muy alta, y esa va a ser la medida para todos los equipos mexicanos. Y no tengo dudas que la gente va a estar con ese foco. Tiene con qué para no conformarse con el tercer lugar.

También puede pasar que el domingo vaya a San Luis y pierda, jugando feo. Hasta sería normal, porque el partido con el Ame fue una excepción de lo que venía mostrando el cuadro de Javier Aguirre. Monterrey tiene ese no sé qué cuando se trata de una Final internacional. Le quitó el invicto al América, el que más trofeos tiene cuando se trata de Concacaf.

Ya los estoy leyendo: "Este es rayado", "Se le nota lo rayado", y miren como me anticipé a ustedes. Se trata de destacar cuando excede lo extraordinario. Porque no es normal que un equipo que juega tan mal, muestre todo su carácter a la hora de disputar un trofeo. La del 2019 con Alonso fue otro claro ejemplo, por algo lo corrieron a los pocos meses.

Twitter: @GiraudiMatias

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