VIERNES 26 ABRIL, 2024

Rayados en su hora feliz

Lunes 20 de septiembre de 2021

Rayados le ganó limpio y con mucha justicia el Clásico a Tigres. El 2-0 fue consecuencia de un todo, comenzando por una correcta lectura y ejecución del juego. Tuvo muy pocas fisuras y mucho tino, esa combinación perfecta que se necesita para argumentar un resultado.

Lo de Tigres fue más emocional, temperamental y arrebatado. No es que no haya metido las manos, sí compitió, pero no siempre estuvo bien parado.

En estos partidos donde los detalles se magnifican, Tigres los ofreció por kilos. Quiso ganar antes de trabajar el partido y le fue mal. Se abrió una grieta entre lo que buscó y lo que permitió y, en ese vacío, se le coló Rayados.

Incluso, Herrera propuso un todo o nada al final, un estilo kamikaze, plagado de delanteros y prácticamente sin contención. Hay que ser astuto para semejante plan. Delanteros en abundancia no necesariamente garantizan goles, pero Tigres desafió una vez más esa lógica.

Rayados fue una continuación un poco más atenuada, pero no menos efectiva, de lo que hizo el jueves pasado en el Azteca frente al Cruz Azul. El mismo equipo y la misma propuesta. Fue más cerebral, eligió los momentos y las formas.

Cuando vio que por el medio no podía y descubrió grietas por las bandas, activó a Maxi Meza, gran gestor de toda la movida ofensiva del equipo.

Prefirió contener a Tigres y jugar en largo. Le sacó provecho a cada pelota. Fue práctico cuando el partido se lo pidió y no especuló.

Aguirre parece haber encontrado el equipo. Al menos, el ONCE actual tiene un mayor equilibrio y más entendimiento. En los centros de Meza siempre hay un receptor que llega al hueco. Poncho González y Kranevitter capitalizaron los pases de Maxi en los dos goles.

Además, defiende con más firmeza. Rayados ya no corre tanto como antes y es más directo rumbo al gol. Dejó de ser un equipo obrero para ser ahora más estilista.

Rayados, en el Clásico, contó con la complicidad del atrabancado sistema de Herrera, al que no le falta vocación ofensiva, pero que sufre de una fuerte descompensación del aparato defensivo cuando lo atacan rápido. Tigres juega así y así le va: no tiene muchas garantías y con un peligro de gol en las dos áreas.

El Clásico, en definitiva, respondió a una de las preguntas que marcó a la previa: ¿qué confirmaría este duelo en el BBVA? Simple: confirmó el camino que quiere Rayados y que lo de Tigres sigue siendo un volado.

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