Miércoles 31 de marzo de 2021
Los seleccionados de México dieron dos exhibiciones de diferente calibre ante escuadras centroamericanas.
Unos, los Tata Boys, en Austria, frente a Costa Rica y sorprendiendo a muchos por el vértigo que le imprimieron al partido que al final ganaron, pero al margen del resultado, nos quedamos con el performance que fue sobresaliente.
Obviamente, el nivel del rival cuenta.
Y la escuadra de Jimmy Lozano, que ya había obtenido su boleto a la Olimpiada de Tokio, se echó una cáscara de mero trámite ante los aguerridos hondureños, que tuvieron que definir el duelo desde los ONCE metros, en forma impecable.
Del primer juego, el seleccionado mayor se volvió a sentir como ante los galeses, al no tener un referente de área y facilitarles a los rivales el jugar sin un pistolero, que es equivalente a tratar de derribar la puerta del castillo a empujones sin la ayuda de un ariete.
Sin centro delantero, Pizarro se la pasó correteando de un lado a otro, como ha sido su carrera desde que estaba en Pachuca, y en todos lados. Ayer, como un centro delantero mentiroso, que ni los Ticos le creyeron que lo era.
Pudiendo usar ahí a Romo, el futbolista con mejor lectura de juego y claridad en el futbol mexicano, prefirió echarlo muy atrás, tanto, que muchas veces le cuidaba las espaldas a Moreno y Salcedo.
Corona y Lozano volvieron a ser los más lúcidos y los más lucidos, rompiéndoles la cintura una y otra vez y dejando atrás costarricenses con habilidad y velocidad. Sobre todo, el Chucky, que está jugando en una dimensión desconocida por su claridad y sorprendente habilidad para pensar y definir.
Cuando Martino se cansó de consentir al rival, mandó artillería pesada; recargó con Orbelín y Héctor Herrera, abastecieron de parque a Lozano, y acabaron a los Ticos con todo y un intratable Keylor Navas, que entre él y los postes evitaron una catástrofe.
Un buen partido con pasajes exquisitamente jugados por los mexicanos.
Queda mucho camino por andar, y corajes por hacer, pero por ahora, muy bien.
En Guadalajara, los chavos se trenzaron en una pelea de perros con los Catrachos y fue hasta por ahí del minuto 80 que logaron empatar mediante un tiro penal ejecutado por Macías. Luego vendrían los extras con más silbatazos por faltas que buen futbol y al final, los penales.
Sebastián Jurado, quien entró de emergente dos partidos atrás por Malagón, detuvo un penal, los mexicanos acertaron los cinco de ellos y a celebrar.
Así de fácil, así de sencillo.
Algo sí quedó claro en esa Selección de Jimmy: que Charly Rodríguez, Vegas, Antuna y Córdova, son jugadores de otra latitud y se sienten más cómodos con la del Tri, que con la de sus clubes.
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En el Clásico Nacional Femenil de Tigres y Rayadas: ¡Partidazo!
Un encuentro mucho mejor jugado desde como lo planteó Tigres, que llegó a avasallar en serio el área y la meta albiazul, pero lograron resistir. Luego Rayadas fue quien se puso al frente en el marcador con gol de Burkenroad. Se espantó el susto, se acomodó en la cancha, emparejó el trámite del toma y daca, pero le empataron con un gol en fuera de juego de Ovalle, en una jugada apenas perceptible para el ojo de la asistente que lo dio por bueno y lo ratificó la juez central.
Luego Tigres se fue al frente con un autogol de Mariana Cadena, empató luego Bernal, de cabeza, pero la noche se la llevó la guardameta de Rayadas, Alejandría Godínez.
Técnicamente muy bien jugado ese duelo, lo que ratifica que las mejores futbolistas de la Liga están en los cuadros regios, haciendo de este duelo un Clásico de verdad y el partido entre América y Chivas, un juego más, un juego cualquiera del rol semestral.