VIERNES 26 ABRIL, 2024

Una cortina de humo

Lunes 19 de octubre de 2020

La Final de Copa encuentra a Rayados y Xolos en situaciones muy diferentes a como venían en marzo pasado: hoy traen menos envión y más ondulaciones futbolísticas. A los dos los comen las urgencias y ni por asomo están a la altura de lo que van a definir.

Con la pandemia de por medio, ninguno de los dos equipos ha evolucionado. Incluso, Xolos cambió de técnico, modificó las formas, pero no el fondo.

A Gustavo Quinteros lo despidieron en el verano por la mala campaña en los 10 juegos de Liga que registró el pasado y trunco torneo Clausura. Llegar a la Final de la Copa MX no justificó su permanencia.

La directiva de Tijuana, de escasísima paciencia, lo reemplazó por Pablo Guede. Creyó más en el cambio de timón que en las necesidades primarias como la de reforzar con jugadores la idea de Quinteros.

Pero alguien vendió bien a Guede, quién se quedó sin club con la desaparición del Morelia y su “filosofía” encontró un hueco en Tijuana aunque en un contexto deportivo muy cambiante. Le compraron el dulce, pero Guede se cargó un paquete que quizás no se imaginaba.

Al parecer, el problema no era (ni es) tanto de técnico: Xolos está igual o peor que en el proceso anterior. En Tijuana, a decir de los últimos torneos, juntan a muchos jugadores, pero no arman equipos. Han desfilado siete entrenadores del 2017 a la fecha. Nada se consolida, todo se improvisa.

En Rayados, la lectura fue otra. Llegar a la Final de la Copa MX sí justificó que Mohamed se quedara en el puesto, pese a no haber ganado un solo partido en el Clausura. El título del Apertura 2019 y Qatar fueron ahorros importantes para alimentar la nostalgia.

La pandemia le amortiguó el golpazo a Mohamed. Se paró el torneo, pero no se borró el papelón histórico para un equipo que en diciembre fue campeón por esas cosas del destino. Mohamed sigue sin consolidar un equipo al que le sobran nombres, pero que le falta mucho nivel.

Ganar la Final de Copa será el argumento perfecto para enterrar las malas campañas y presumir un trofeo.

La triple corona (Concacaf, Liga y Copa) es la obsesión de Rayados y sería la razón de ser de Mohamed para pedir su estatua. Si logra ser campeón Guede, el título lo elevaría al pedestal de prócer, aunque gracias a la chamba de Quinteros.

En fin, la Copa MX es la cortina de humo perfecta para esconder todas las miserias y avalar dos proyectos desencajados con la realidad.

    

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