
AÚN ESTÁN A TIEMPO
Viernes 06 de junio de 2025
Rehabilitación una y otra vez, pero el tratamiento jamás funcionó. Sarah Luebbert pasó los últimos meses jugando con una bomba de tiempo en el tobillo y, al final, terminó en el quirófano. El futbol es un deporte de contacto, pero cuando una institución acumula bajas constantes es imposible no voltear a ver a quienes supuestamente se encargan de salvaguardar la salud de las jugadoras.
Con un par de semanas previo al Apertura 2025 la directiva sabe que urge realizar modificaciones y, honestamente, debería ser una de las prioridades, sobre todo entendiendo que el material humano es lo más valioso que un club puede tener.
Figuras como Alberto Liñan y Stephanie González, encargados del área de preparación física y el departamento médico, respectivamente, han quedado a deber indudablemente. Si bien hay lesiones que pueden ser fortuitas, tal como el caso de Aylin Avilez, quien se llevó la peor parte durante un partido oficial, una considerable cantidad de elementos lidió todo el primer semestre del año con recaídas mal gestionadas, evidenciando un problema sistémico.
Priscila Da Silva, Joselyn Orejel, Karen Luna, Daniela Espinosa y, evidentemente, Sarah Luebbert, fueron sometidas a tratamientos ineficaces, que simplemente alargaron sus molestias, las mantuvieron bajo constante dolor y, lamentablemente, todas ellas terminaron por romperse, o bien, por llegar a escenarios donde no hubo solución más allá de lo quirúrgico. De momento, la estadounidense estará fuera al menos dos meses más.
Por otro lado, según fuentes cercanas al equipo azulcrema, muchas de las futbolistas no se encuentran contentas con la planificación de los entrenamientos impuesta por Liñan, ya que, según sus propias palabras, las molestias físicas y las sobrecargas musculares se hicieron cosa habitual. Incluso sugieren que su enfoque luego de haber trabajado con equipos varoniles podría no ser el más adecuado para ellas.
Las consecuencias de esta problemática son graves. Limita las variantes tácticas del equipo, las lesiones afectan el ánimo del grupo, desestabilizan las dinámicas internas y terminan por pasar factura en los momentos clave del torneo, tal como se vio en la Final del Clausura 2025 ante Pachuca.
No se trata de culpar, sino de exigir responsabilidad. América Femenil ha demostrado que tiene potencial para competir al más alto nivel, pero si su cuerpo técnico no logra mantener a las jugadoras sanas, ese talento seguirá desperdiciándose entre rehabilitaciones y ausencias prolongadas.
El 19 de junio volverán a reportar las jugadoras y hasta entonces, hay tiempo de sobra para que los líderes del proyecto tomen decisiones contundentes, mismas que pueden beneficiar o perjudicar a sus atletas. Los responsables tienen nombre y todavía permanecen en las filas del club. La pregunta es: ¿hasta cuándo?
X: bachi_hm1994
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