VIERNES 26 ABRIL, 2024

Adiós contagio

Lunes 18 de mayo de 2020

El futbol ha pasado a ser lo menos esencial de lo no esencial. Es decir, es el último eslabón de la fila para volver a la actividad, al menos, en México. En Monterrey quizás demore aún más en regresar que en el resto del país, según los expertos.

¿Qué significa que demore más? Que no habrá partidos, mínimo, en los próximos dos meses (junio y julio). Lo advierten todos los semáforos sanitarios, el federal y estatal, donde se calcula que la "nueva normalidad" podría habilitar deportes al 100% en más-menos 16 semanas, sujeto, claro, a un impecable comportamiento social que logre frenar el avance del virus en ese lapso.

En Monterrey está complicado porque los pronósticos indican que esta primera ola de contagios se prolongará más en el tiempo de lo que originalmente se había previsto. Esto quiere decir que la ciudad y su área metropolitana van desfasadas respecto a otras ciudades importantes que ya van de bajada.

Bajo el mapa del brote actual, no existe una uniformidad de contagios y, en consecuencia, si la Liga MX quisiera retomar el torneo en julio, por ejemplo, no todas las sedes estarían en condiciones de hacerlo al mismo tiempo. La situación del futbol es muy compleja.

Ahora bien, una cosa es que Tigres y Rayados deseen volver a entrenar en algunas semanas con todo el catálogo protocolar, y otra, muy diferente, es que haya juegos en los estadios, ya que es una cuestión más general y no depende de lo que quieran los clubes, sino de los datos científicos.

Todas estas cuestiones deben analizarse con un baño de realidad: ya nada volverá a ser como antes en el corto ni en el mediano plazo. Entre otras cosas, los clubes hoy necesitan de la gente, pero definitivamente, la gente hoy no está para los clubes.

La "nueva normalidad" les pegará muy duro a los equipos, particularmente a los regios. A Tigres y a Rayados se les acabará el dulce con el que atraían a sus seguidores, siempre exprimiéndole sus bolsillos a cambio de poco o nada.

Los dos equipos tendrán que reconvertir sus estrategias y pensar si el modelo que les generaba toneladas de millones de dólares por torneo seguirá siendo tan eficiente. Probablemente no. El hincha nunca se irá, pero sí el consumo.

La distancia social, ya instaurada como hábito de vida, alejará a la gente de los estadios. Es una obviedad. Ni los estadios o sus dueños, estarán en condiciones de transformar un recinto en una posible bomba biológica.

Entre pena y realidad, que el futbol vuelva cuando tenga que regresar. Lo que sí, tanto Tigres como Rayados tendrán que convencerse de que ya nada seguirá igual. Ese contagio que traían con la gente, hoy le pertenece a otro y es más peligroso.

Histórico