VIERNES 26 ABRIL, 2024

Se nota mucho

Domingo 11 de octubre de 2020

Señoritas y señoritos...

No sé ustedes, pero yo no le estoy entendiendo muy bien a esto del futbol de mujeres femeninas que se juega en forma semiprofesional en este bendito país y en una Liga con nombre de banco que se juega en estadios como el de Guadalajara que primero tuvo nombre de aguas milagrosas, y ahora de aceite para motor, pero que debería llevar el nombre de Jorge Vergara, el hombre que le cambió el rostro al equipo de pueblo, con el nombre de rumiantes que nada más sirven para hacer birria...

O que también se juega en otro estadio de Mazatlán con nombre de galleta crujiente, pero que dicen que significa el nombre de una figura mitológica con aspecto de monstruo. Y bueno... es Sinaloa.

Le decía que este asunto de la Liga de chicas está muy dispareja. Haz de cuenta la Liga de las Estrellas, donde nada más cuatro o cinco equipos tiene estrellas y los demás las sobras o lo que su economía les alcance para comprar.

Así como el Madrid, el Barsa, el Valencia y el Atlético de Madrid acaparan los trofeos, en la liga azteca de morras, el Monterrey, Tigres, América y Chivas no les dejan mucho a los demás equipos, aunque por ahí Pachuca o Pumas les hacen apenas cosquillas a los cuatro grandes...

El punto, me imagino que tiene que ver con lana... ¿o no?

Yo he visto que los equipos del montón, todos los demás que no son los mencionados sufren para armar sus nóminas y por ende sus planteles. Y de verdad se nota mucho la diferencia.

El Monterrey y Tigres se dieron el lujo de deshacerse de dos suplentes que son titulares inamovibles en Chivas: Caro Jaramilo a veces entraba como extremo derecho y Licha Cervantes a veces entraba como volante. Caro, ahora volantea por derecha y llega al área y Cervantes es centro delantero, líder de pepinos en la competencia... y así como Koeman, luego de ver al Tecatin Corona ante Holanda, dudó si hicieron bien en llevarse a Sergiño Dest, en lugar del sonorense, Rayaditas pensó que tal vez debieron cerder mejor a Desirée o Dani Solís, pero no a Licha...

Y a poco me dices que Diana García y Yamile Franco, por mucho las dos mejoras jugadoras del León cayeron en Rayados porque les gusta mucho la carne asada y no porque les ofrecieron un mejor sueldo que allá...

El problema es que la lucha es muy, muy dispareja.

De pronto algunos equipos agarran lo que pueden de las ligas de la colonia la Loma Pelona; chamaquitas que no tienen mucha idea y juegan de punta y pa' arriba, y correteando a las que sí saben tocar la pelota. Unas con carita de niñas y otras bastante robustitas.

Porque es obvio que las chamaquitas no van a llegar a su casa pidiendo un platillo exclusivamente preparado para ellas.

La sopita, el panecito, la coquita, frijolitos, las papas van a seguir en la dieta. No hay para más.

No sé cuanto les estén pegando, pero debe ser una miseria que no llega ni cerca de un sueldo respetable de un ejecutivo, es decir que se acerque a los 40, o 50 mil pesos.

Yo recuerdo de un caso de un chavo que jugó como profesional --eso de jugó, es un decir-- comió banca en un equipo local en Monterrey, durante años, jugó no sé, unos cinco o siete, partidos completos en seis o siete años; luego pasó a un equipo chilango y allá tampoco jugaba, pero acá ganaba por lo menos un cuarto de millón de pesos un mes sí y el otro tambien, nada más por sacarle a la banca lustre con el trasero los sábados y servir de sparring para los titulares entre semana.

En síntesis... algo debe hacer la liga para emparejar el asunto y que el poderío, la calidad futbolística, el nivel sea más parejo...

No tiene ningún chiste que el señor de la carnicería de la colonia les pague una lana y un kilo de barbacoa los domingos --con salsita, tortillas, cocota y ramito de cilantro-- a los mejores jugadores de las colonias circunvecinas para ganar el torneo de la Liga Municipal siempre.

Eso es estarse haciendo tontos solos...

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