JUEVES 25 ABRIL, 2024

Todos atacan y todos defienden

Domingo 21 de febrero de 2021

En la entrega anterior escribí sobre las herramientas que debemos ofrecerle al jugador para que tome las mejores decisiones durante un partido. Para mí, cumplir con este objetivo, es fundamental.

Sabemos que cada deporte tiene su especificidad en términos de desgaste energético, luego en el padrón de esfuerzo, luego en su preparación. En el mismo futbol, los equipos juegan distinto, o sea, tienen distintos modelos de juego, lo que quiere decir que tu padrón de esfuerzo cambia según el modelo.

De los factores de rendimiento táctico, técnico, físico y psicológico, hay quien privilegia unos más que otros. Entonces entra la disyuntiva: ¿quiero que los jugadores corran más o que tomen mejores decisiones y jueguen mejor?

En lo personal prefiero que sepan decidir. Lo que buscamos con nuestra filosofía desde el primer día es generar una adaptación específica a nuestra manera de jugar y, para maximizar todo eso, tienes que empezar entrenando de acuerdo a esos principios de juego que hacen parte de tu modelo de juego, con la siguiente lógica: modelo de juego, modelo de entrenamiento y modelo de jugador.

También se apunta a tener la menor cantidad de lesionados posibles. El método que implementamos nos ayuda a eso. A lo sumo tenemos una o dos lesiones musculares por torneo.

Casi no hay lesionados por la adaptación al esfuerzo, que debe ser el mismo desde el primer día. Lo explico mejor: a nivel fisiológico, las adaptaciones son de naturaleza neuronas-muscular. ¿Cuándo vienen las lesiones? Cuando cambias el padrón de contracción muscular y sobrecargas siempre de la misma manera y en las mismas estructuras. Si se hace dos días seguidos trabajos en régimen de tensión, cuesta recuperar.

Es ahí donde entra el monitoreo: datos de GPS, impacto, CPK y percepción subjetiva del esfuerzo de los jugadores más utilizados y los menos utilizados. Con estas pruebas podemos percibir hasta qué punto cada uno de los jugadores tiene desequilibrio o está expuestos a una lesión. Esto permite saber si se tiene la carga adecuada en términos fisiológicos para llegar bien al próximo partido.

Por otra parte, muchos me preguntan qué opino de las pretemporadas en la playa. Cuando estuve en México, por ejemplo, nos encontramos con que casi todos los equipos iban a la arena a realizar su pretemporada.

En lo particular, nosotros no. Para muchos, la base física del juego es lo más importante, pero yo puedo decir que no es la principal. El futbol de alto nivel ya no hace pretemporadas en la playa. En México, en un año, un equipo que tenga Liga y Copa juega mínimo 46 partidos. A mí eso me parece espectacular. Si te tocan partidos entresemana casi no entrenas, sino que recuperas para poder jugar de nuevo.

Por la experiencia que he tenido en México, se le da mucho valor a la carga física como el componente principal del juego, cuando para mí es el táctico. Al jugador siempre le es mucho más difícil recuperar la concentración táctica que la física.

Me gustan los equipos muy dinámicos, intensos y agresivos, donde todos atacan y defienden, con una gran capacidad de organización y conocimiento del juego. Un equipo que sepa pasar de una fase de orden-desorden-orden, donde todos piensen y sepan identificar estos momentos al mismo tiempo.

Así es el ciclo del juego, estés en ataque o en defensa. Esto quiere decir que el equilibrio debe estar siempre presente. Si tienes sólo gente para atacar y gente para defender se rompe este vínculo y no vas a actuar como bloque. Tan simple como contar con un equipo que, en su conjunto, sepa percibir las señales que ofrece el juego y actúe en consecuencia.

 

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