Lunes 22 de marzo de 2021
Tigres no pateó un solo tiro al arco frente a Pachuca y así es imposible que pueda pensar en ganar partidos. Pero lo delirante es la autocrítica que hace Ferretti, quien no ve una crisis y, peor aún, dijo que "ofensivamente no ha estado tan mal el equipo".
Desde luego que su diagnóstico es muy malo y es extraño que un entrenador experimentado responda con semejante distorsión y quiera esconder con su discurso una realidad lastimosa.
Ferretti, antes podía cuentear porque mal o bien, en otra etapa más joven de su mandato, el equipo encontraba por sí solo atajos para salir del bache. Hoy, en un momento más crítico y con un cuadro viejo y cansado, el verso no alcanza a llenar los vacíos y exhibe más las miserias.
Tigres es el único equipo que ante una crisis insiste en hacer más de lo mismo y con los mismos jugadores. En cualquier club normal, cualquier entrenador sujeto a resultados buscaría, primero, salvarse él del incendio y trataría de darle un sacudón al equipo cambiando al que tenga que cambiar o probando con nuevos jugadores, menos aburguesados y con más hambre.
Pero como Ferretti en Tigres la tiene asegurada y no depende de resultados para quedarse o no en el puesto, hace lo que quiere. Y en este contexto, no toca a ninguno de sus históricos, a quienes considera imprescindibles.
Lo que sí hace es ningunear al resto, a los suplentes, a quienes pone a jugar de una manera forzada, casi sin plan, y son estos los que siempre suponen ser el punto débil a decir de los cambios que hace.
El Diente López es la primera o segunda opción para entrar si el uruguayo está en la banca. Si por último recurso López debe ser titular (por lesión o ausencia de alguien), siempre será el primer futbolista al que Ferretti sustituye, juegue como juegue.
Lo mismo pasa con Fulgencio, con los chavos que promovía por la regla de menores, con Venegas o con Leo Fernández, a quien puso frente a Pachuca en los últimos dos o tres minutos. Una burla. Ni siquiera Ferretti supo para que lo metió.
Ferretti dinamitó la competencia interna en Tigres. Su jerarquización, autoritarismo y automatización sólo reconoce a 11 jugadores valiosos y los demás están por las dudas.
Si un DT le va a dar una oportunidad a un jugador, hay que sostenerlo y no quitarlo en el siguiente juego bajo el argumento de que "no rindió".
Un futbolista necesita varios partidos para encontrar su punto justo, pero con Ferretti nada es viable. Ni siquiera el Diente López restregándole goles en la cara a su técnico logró ganarse la titularidad.
Tigres necesita de otros jugadores más frescos y dejarse de caprichos. Ferretti se eternizó al frente del equipo y tiene a 11 becados. Uno quisiera creer que en Tigres alguien se animará a decirle a Ferretti que hoy está haciendo las cosas mal. O a menos que también le crean el cuento.