VIERNES 26 ABRIL, 2024

Culebro y la familia real

Lunes 12 de abril de 2021

Mauricio Culebro, desde que asumió como vicepresidente de Tigres en marzo pasado, fue testigo del hundimiento futbolístico del equipo. De hecho, no le ha tocado ver un sólo juego medianamente decente del equipo al que creía más brillante de lo que es ahora.

Culebro se topó con un escenario plagado de sorpresas e interrogantes. Suponemos que se habrá dado cuenta que este Tigres, dominado por una dictadura futbolística, plagado de jugadores pasados de años y becados, y donde existe mucha sordera al bullicio quejoso de sus aficionados, no es el que le contaron o se imaginaba.

El directivo, que llegó para gestionar el renglón futbolístico del club, no pertenece a la “familia real felina” que lleva más de 10 años gobernando desde un trono intocable.

El Ingeniero Rodríguez, Ferretti y varios jugadores experimentados, forman parte de ese cinturón de hierro que se cree suficiente e inmune a todo. Un grupo de gente que vive del pasado y bloquea el futuro. Que ve cómo están jugando basura, pero se defienden entre todos porque hay que seguir chupando de la ubre.

Es más, los 11 que siempre juegan, son los 11 que cobran más premios y otros beneficios por alinear. Hacer un cambio sería atentar contra el bolsillo de algunos de éstos.

Lo bueno, dentro de todo, es que el aficionado ya no se come más el verso, los discursos a modo, ni las poses mediáticas ni los protocolos.

Tigres habla de seriedad sanitaria y “compromiso” para un sano regreso al estadio, pero en el club como que no ven la reventa en plena contingencia. ¿Cupo limitado y con reventa?

Culebro, igual también se dio cuenta, que los aficionados, que en realidad son números que cuentan para alimentar las finanzas del club, sólo tienen derecho a pagar todo, pero no pueden reclamar nada.

Abuchear al equipo, exigir jugadores como cualquier hincha o cuestionarle algún acto a Ferretti no son actitudes bien vistas. Culebro debe haber tomado nota de esa intolerancia que va de la mano del autoritarismo.

Culebro puede tomar decisiones y probablemente haya escuchado o leído lo que quiere la gente: otro entrenador, otro equipo, más democracia competitiva en Zuazua y todo lo que sigue. En fin, si Culebro quiere ganarse a los aficionados, tiene mucho de dónde jalar para torcer el rumbo de Tigres.

Twitter: @Mario_Sanchez1

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