SÁBADO 20 ABRIL, 2024

Pizarro de "8"

Lunes 26 de julio de 2021

El problema no es de Guido Pizarro sino de Miguel Herrera. El mediocampo de Tigres trae una idea, pero con otra ejecución. El plan es diferente y ese es el detalle: el técnico no cuenta con especialistas para lo que pretende.

Pizarro inició de "8" frente a Tijuana en ese esquema que define a un volante central (Carioca) y a dos interiores (Guido y Vigón o Diente), según el gusto de Herrera.

Está bueno cambiar, pero no tan bueno es hacerlo de una manera forzada. Pizarro no desconoce el puesto, pero tampoco lo domina. Primer error.

Además, hay una cuestión lógica que se atraviesa en lo conceptual: Tigres jugó con dos contenciones durante 10 años y no sólo estética sino futbolística y productivamente hay diferencias con los tres volantes en triángulo que quiere Herrera. Nada que ver ni en forma ni en fondo.

En Tigres hoy hay dos "5" y un volante mixto como Vigón. Cuando dos de los tres volantes tienen las mismas características combativas se produce en el equipo una reacción en cadena que desmejora el ataque porque uno de los costados siempre quedará huérfano.

Pizarro tiende a alinearse con Carioca porque así jugaron siempre durante el proceso anterior. Sin embargo, Herrera le pide al argentino que cumpla otra función, esa que demanda recorridos largos y una visión ofensiva natural que Guido no tiene para filtrar pases a los delanteros.

Para que se cumpla lo que Herrera quiere es tan sencillo como que los interiores, en su rol, jueguen a distintas alturas del mediocampo para ganar en cobertura y en profundidad. Vigón le sabe a ese manual (de hecho, pisó el área y anotó), e incluso, el Diente López, quien puede ser otro "10" por características y sentido de ubicación.

Con Carioca y Pizarro juntos tampoco es una gran solución porque si bien la circulación de pelota puede ser precisa, es más lenta por la escasez de líneas de pase hacia adelante. Digamos, es una posesión engañosa, tal y como ocurría en el sistema de Ferretti.

Herrera se dio cuenta y corrigió ante Tijuana. Tuvo que regresar a Pizarro a su juego más cómodo con la referencia de Carioca a su lado.

Es decir, para lo que busca el entrenador, tendrá que prescindir de uno de los dos "5" que tiene porque de otra manera no va a encontrar respuestas positivas, más allá de que lo dibuje en un papel.

Por lo mismo, Pizarro no es "8" y la culpa no es de él, sino de Herrera.

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