MARTES 16 ABRIL, 2024

Sin dimensión

Viernes 10 de septiembre de 2021

Cuando se retire, quizás y solo quizás, nos empecemos a dar cuenta de lo privilegiado que fuimos de disfrutar de Lionel Messi. No importa el país, ni el equipo del cual sea hincha cada uno, un fenómeno como este -que sucede cada 20 o 30 años- es el sinónimo del futbol en su máxima expresión. En el auge de su carrera, le llegó el reconocimiento que le faltaba.

Los de las anteriores generaciones tuvieron al Diego, desde ese lado entiendo cuando la idolatría con Messi es medida o no tiene la misma intensidad que para nosotros los que nacimos del '90 para acá. La mayoría, a Maradona no llegó a verlo en todo su esplendor, pero tuvo la posibilidad de seguir de cerca al enano ese que tanto se le parece.

Disculpen si ofendo a alguien, pero Messi está cada vez más maradoneano. Salvando las distancias, que son grandes -en muchas cosas-, La Pulga empezó a mostrarse como nunca antes cuando tiene la camiseta argentina. Y no hablo de lo futbolístico. Es un líder, una bandera, sus compañeros lo respetan, lo veneran y a la vez lo tratan como un igual. Tiene voz de mando, la cinta le queda pintada y hace rato que no deja que cualquiera intente pisotear los colores de su país.

En otros tiempos, en el escándalo de Brasil, se hubiera quedado en el vestuario. Y el que veríamos hablando o tratando de arreglar las cosas seguramente sería Mascherano, Biglia, o alguno de los anteriores líderes de la Selección Argentina. Pero no, él fue y se hizo cargo, como debe ser.

La Copa América lo cambió todo. Messi se sacó una mochila de encima que fue acumulando peso con el paso de los años y que se hizo cada vez más grande. A partir de ese bendito 10 de julio, todo dio un vuelco. La gente se enamoró de la Selección -de los resultados también- y el mundo empezó a darse cuenta de que le quedan pocos años buenos al 10.

Soy argentino, muchos lo saben, pero eso nunca nubló mi juicio. Fui crítico cuando tuve que serlo, pero tampoco soy ciego. Desde el 2019, después del pésimo Mundial de Rusia 2018 y la asunción de Lionel Scaloni, un DT del cual todos se burlaban, la actitud fue otra. No se si le hacía falta el recambio o sentirse más capitán, pero le vino mejor que nunca. Este es el Messi que la gente quería.

Quedó claro en todo lo que se vivió en el partido contra Bolivia. Los más de 20 mil hinchas que acudieron al Estadio Monumental se portaron a la altura. No pararon de idolatrar a un jugador que, jugando bien o mal, siempre fue cuando lo llamaron. Le hacía falta esa muestra de cariño.

Tiene 34 años, quizás todavía le queden unos dos o tres años en plenitud, sobre todo desde lo físico. Algún día se va a retirar, mientras tanto, pretendo seguir disfrutando de un jugador único. Como lo fue Maradona para otra generación. No tenemos dimensión de lo que significa, cuando no juegue más, recién ahí nos vamos a dar cuenta.

Twitter: @GiraudiMatias

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