Sábado 17 de septiembre de 2022
Todo cambió aquel 21 de mayo de 2022, después de las 22:00 horas, cuando Tigres fue eliminado ante Atlas por la alineación indebida.
Desde ese entonces, la gente no perdonó a Miguel Herrera. La relación se rompió, comenzaron los abucheos y tampoco consiguió los resultados necesarios para revertir la situación.
No ganó el Clásico ni algún partido importante, de esos que motivan, que dan fe. Su equipo tampoco tuvo una demostración futbolística capaz de invitar a soñar al aficionado.
Al contrario, venció -con lo justo- a los de abajo, los que no pelean la clasificación. Ver a Tigres dejó de ser un espectáculo, se volvió un equipo aburrido, sin peligro, sin gol.
Arrancó el torneo con el pie izquierdo, con una derrota sobre la hora frente a Cruz Azul, la cual abrió una puerta que el Piojo no pudo cerrar: los abucheos.
Los silbidos contra el DT se volvieron una costumbre, más allá de que Tigres ganaba. Sin embargo, en la última parte del campeonato, consiguió solo dos triunfos en ocho partidos y los reclamos se hicieron más grandes.
Contra León, el último partido como local, la gente explotó. Y la derrota frente a Puebla llenó las redes sociales de imágenes y pedidos que tenían el mismo mensaje: “Fuera Piojo”.
Para tomar un poco de dimensión, la cuenta oficial del club tuvo que restringir las respuestas en Twitter. De censurar a la gente no se vuelve.
Lo único que podría salvar a Miguel Herrera sería lograr el campeonato. Claro, para eso todavía tiene que acceder a la Liguilla. Y aguantar la presión de un Universitario que no lo quiere ver más en el banco de suplentes local.
Y no es el único culpable. Hay jugadores que también cumplieron su ciclo: Luis Quiñones, por ejemplo. Otro que tiene una relación amor-odio con el público.
En la cabeza del Piojo estaba la renovación, él mismo lo dijo. El problema es que, a esta altura, esperaba tener un campeonato bajo el brazo. Nunca imaginó un presente tan negativo.
Todavía le queda un torneo más de contrato, lo aclaro para aquellos que piden su salida. La directiva no lo va a echar, salvo una catástrofe (perder en Repechaje y como local, por ejemplo).
Para una posible Final todavía falta mucho, un mes en Tigres es una eternidad y el equipo tampoco dio garantías como para que los hinchas sueñen con un título.
Twitter: @GiraudiMatias