VIERNES 19 ABRIL, 2024

Qatar sin guion

Viernes 25 de noviembre de 2022

Ha sido un Mundial atípico en todo sentido. La gente se mantiene apagada y aparece en momentos puntuales, noviembre y diciembre no se sienten como junio y julio. Estadios de primer mundo, con miles de ventilas de aire acondicionado, algo está fuera de nuestro razonamiento siempre.

Y luego, batacazos en la cancha, lindos porque siempre emocionará que la víctima se convierta en victimario, pero aún más épico por las formas, basados en algo más que solo empujar e ir a buscar el icónico 'Ave María'.

Arabia Saudita y Japón, un par de escuadras trabajadas por sus técnicos y que tienen planes de juego de acuerdo a sus posibilidades, tuvieron la osadía de darles dos mazazos a dos candidatas al título: Argentina y Alemania. Pero, si en nombres e historia son superiores, ¿por qué cayeron?

"El futbol es un estado de ánimo", dijo aluna vez el gran Jorge Valdano, nada más cercano a la realidad. La pizarra de los DT's es vital, porque, en estos casos, cuando tu escuadra está en clara inferioridad de calidad respecto al rival, competir a partir de nulificar (o tratar) las virtudes del adversario, potenciar las tuyas y buscar que el destino te sonría.

Arabia Saudita, dada desde el sorteo como la más débil del sector, sorprendió a quienes nunca la vieron con un bloque alto, defendiendo a 51 metros de su portería. Y eso no es algo nuevo, lo lleva haciendo por meses, con saltos de sus centrales que buscan el offside permanentemente (10 offsides argentinos en el juego). Usted no caiga en los tópicos de los comentaristas: "¿Por qué jugar así? Échate atrás". Todos los planes conllevan sus riesgos, unos los toman más que otros, lo importante es creer en ello y ejecutarlo a muerte.

Luego Japón y su Katana. La histórica espada samurái evocada por Takuma Asano, en su ruptura al intervalo entre Antonio Rüdiger y Nico Schlotterbeck, para definir ante Manuel Neuer. Aliciente de este duelo, la dirección de campo de Hajime Moriyasu. Su equipo, reactivo en la primera parte de manual de los de Hans Flick, cambió a partir del cambio a línea de tres con el ingreso de Takehiro Tomiyasu, entonces los nipones dieron el subidón, combinado a la fragilidad germana.

Reitero, no es casualidad que estas escuadras pudieran dar la sorpresa, la responsabilidad de todos los que comunicamos es poder otorgar un contexto total y tanto Arabia como Japón, habían dado muestras de identidad de juego, tanto para que sus actuaciones fueran su debut en el gran teatro mundialista.

Chapeau por ambos, que viva el futbol.

Twitter: @quirino_galvan

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