SÁBADO 27 JULIO, 2024

La simple grandeza

Martes 31 de octubre de 2023

En el mundo tan excéntrico en el que vivimos, donde la individualidad se premia antes que al colectivo, resulta sorprendente ver cómo alguien admirado tiene actitudes de un ser mortal, común y corriente, cuando su contexto le permitiría portar una capa de superhéroe o heroína por su talento o condecoraciones. 

Dentro del mundo donde se premia con un falso discurso (no siempre) de ‘mostrarse como uno es’, parece ser qué hay más similitudes entre Aitana Bonmatí y Lionel Messi, los ganadores del Balón de Oro. Viniendo de La Masía, triunfando en el Barcelona, campeones del mundo y siendo condecorados como los mejores futbolistas del orbe, la atención debería estar en sus palabras.

De Leo no hay mucho que explicar. Messi siempre fue tímido, pero la evolución en su juego se reflejó de a poco en cada gala francesa donde se adjudicó el esférico de 15 kilos. “Poco a poco me fui soltando”, describió en la premiación. Persona fuera de foco, monstruo de la pelota y líder en el vestuario, pero que en las galas glamorosas era uno más.

Pero con la Pulga en el escaparate, se unió en su propio legado la nacida en San Pedro de Ribas, España. Bonmatí llegó a la esfera mundial de la mano de un espectacular año en el Barcelona de Putellas, Guijarro, Paralluelo, León, entre otras. Jugadora de calidad técnica monstruosa con cambios de ritmo y capaz de condicionar partidos, tal como Messi la década anterior.

Y con todo eso, la futbolista se mostró rígida en el podio cuando externaba su discurso, diametralmente opuesto su comportamiento respecto a la cancha. Contó que veía las ceremonias desde su casa y estaba nerviosa por estar ahí, aunque luego hizo de mediocampista y dio para todos: agradecimiento general en castellano, en catalán a los de su institución y en inglés reconoció a sus compañeras de profesión.

Dos personas simples con sus nombres elevados al Olimpo futbolístico y con capacidades de colocarse como lo mejor de la historia (Messi ya está ahí), pero con denominadores comunes. ¿El primero? Ser el ‘rarito(a)’ de la clase, uno tímido en extremo; otra siendo “fría y dura” en un mundo de hombres.

Al final, el heredero de Maradona que superó al Diego y le dio una Copa del Mundo a su país después de 36 años, mientras que la hija que tomó, por sus padres, el apellido materno primero, comandó un movimiento que se extiende cada vez más al mundo: la equidad del futbol femenil.

Por último, a quien lee esto, ¿quién es el reservado (a) de tu salón, grupo de amigos o familia? Ojo, tal vez esté el próximo Messi o Aitana por ahí.

x: @quirino_galvan

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